10 Nov 2021

Los síntomas de problemas del piso pelviano son: escape de orina o deposiciones, bulto genital, sensación de peso genital, dificultad para defecar, dolor abdominal bajo y dolor pélvico.

Algunas patologías crónicas como la obesidad, la tos crónica y la diabetes pueden aumentar el riesgo de desarrollar disfunciones del piso pélvico. Por ejemplo, la obesidad puede aumentar la presión sobre el piso pélvico y debilitar los músculos y tejidos de soporte. La tos crónica también puede aumentar la presión sobre el piso pélvico y causar daño a lo largo del tiempo. La diabetes puede afectar los nervios y músculos del piso pélvico y aumentar el riesgo de disfunción. Los trastornos del piso pélvico pueden tener una base hereditaria en algunos casos.

El embarazo y el parto son factores reconocidos de potencial daño del piso pélvico. Durante el embarazo, el peso adicional del bebé y el útero en crecimiento pueden ejercer presión sobre el piso pélvico y debilitar los músculos y tejidos de soporte. Durante el parto, especialmente durante un parto vaginal, los músculos y tejidos del piso pélvico pueden estirarse y sufrir daño.

Las disfunciones del piso pélvico no son necesariamente irreversibles. Hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a mejorar los síntomas y la calidad de vida de las personas afectadas. Los tratamientos incluyen ejercicios pélvicos específicos llamados Kegel; un pesario, que es un dispositivo mecánico de apoyo y le es de ayuda a ciertas mujeres; cirugía y otros tratamientos